Seguro que lo has oído o leído, últimamente está por todas partes.

Quizás pienses que es “otra moda”.

Y, sin embargo, es más bien un “re-descubrimiento”.

El concepto no es nuevo. Muchas culturas lo han expresado de manera diferente. Lo único que cambia son las palabras empleadas.

Las nuevas ciencias, las nuevas tecnologías aportan nuevas palabras que pronto están en boca de todo el mundo, incluso, si no tienen ni idea de lo que están diciendo.

A tenor de los avances en física cuántica parece que por fin la ciencia actual admite la posibilidad de que nuestra realidad es una creación mental.

Ha habido que pasar por toda serie de atrocidades a lo largo de la historia para que algo que lleva diciendo desde la noche de los tiempos sea por fin, si no aceptado, contemplado como una posibilidad.

Dicho esto, a modo de introducción, vayamos al grano.

Si nuestro mundo es mental, todo lo que vivimos es una elección a la hora de crearlo.

Antes de seguir, voy a responder a una pregunta que seguramente te haces

Si cada uno de nosotros crea su propia realidad ¿Cómo es posible que coincidamos los unos en las realidades de los otros?

Y, ahí, es donde entra en escena el inconsciente colectivo. Platón, por ejemplo, lo llamó “El Mundo de las Ideas”, pero básicamente es lo mismo.

En algún plano, en algún sitio, se van almacenando todas las ideas que alguna vez han tenido todos los seres. Realidades elegidas y vividas y otras que jamás llegaron a elegir ni vivir, pero que una vez formuladas tomaron existencia, aunque no consciencia.

Por ejemplo, un día tienes una idea de algo que desearías hacer, pero nunca llegas a hacerlo. La idea en sí ya está creada, pero nunca se llega a materializar. Sin embargo, desde que la has pensado ya existe y, podríamos decir que se almacena en algún sitio accesible a todos al que, en algún momento, alguien puede recuperar y materializarla.

Parece muy de ciencia ficción, pero eso explicaría millones de cosas inexplicables, como que dos personas escriban el mismo libro a la vez sin haberse conocido de nada antes, que el mismo invento se produzca en sitios diferentes, prácticamente al mismo tiempo y muchos más.

Por otra parte, tampoco es tan extraño puesto que todas las especies comparten algún tipo de conexiones mentales que hace que realicen los mismos actos a la vez. Todo el mundo conoce el comportamiento de las abejas, por ejemplo, pero ¿Qué me dices de esas bandadas de pájaros o de peces con cientos o miles de individuos que cambian de dirección y realizan movimientos sincronizados al instante? Aún no se conoce el medio por el cual son capaces de realizarlo. Hay muchas teorías, pero ninguna certeza. Estamos acostumbrados a verlo y no le damos mayor importancia, pero ¿no parece eso ciencia ficción?

Pues bien, a lo largo del día tienes miles de ideas de las cuales vas eligiendo unas pocas, pero el resto ahí se quedan.

Ahora veamos qué es lo que creas y como lo haces.

Pongamos un ejemplo:

Te levantas por la mañana. Has dormido mal, estás de mal humor debido al cansancio y/ o quizás a alguna pesadilla que te ha dejado “mal cuerpo”. Estás fatal. Y, entonces, de manera inconsciente, decides que tu día va a ser malo. Por supuesto, no eres consciente. Pero, lo que te dices es, algo así como “Este va a ser un día de mierda, lo presiento”. Pero, en realidad, no lo presientes, lo acabas de crear y elegir. En consecuencia, pasas un día “de mierda” tal y como lo has querido.

Muy bien, pero… ¿Cómo le das la vuelta a eso?

Pues ahí entra en juego la Magia y… la PNL.

Por un lado, necesitas tener a mano un “amuleto de la suerte”.

¿En serio? ¡Vaya chorrada! ¡Esas cosas no funcionan!

Y, sin embargo, funcionan y te explico el porqué.

El amuleto en sí mismo no hace nada de nada. De hecho, puede ser cualquier cosa. Ni siquiera hace falta que tenga una forma concreta. Te puede servir una piedra o un trozo de ladrillo.

Lo que importa es la energía que tú le vas a imprimir todos los días y… muy importante, el efecto que eso va a provocar en ti. Principio de causa y efecto.

La diferencia entre tu trozo de ladrillo y un amuleto de los que ya tienen una determinada forma y uso, es que esos ya participan del inconsciente colectivo, ya que, durante cientos de años, muchas personas le han ido impregnando al símbolo de una determina potencia, por así decirlo. Vamos, por poner un ejemplo, es como si en lugar de un coche nuevo, te compras uno con el rodaje hecho y listo para funcionar a toda potencia.

Así que, para crear tu realidad, cada día, al levantarte haces el siguiente Ritual. Te aclaro: un Ritual es un acto que se realiza de la misma manera siempre con una intención concreta.

  1. Te despiertas
  2. Ignoras tu estado de ánimo, bueno o malo da igual.
  3. Coges tu amuleto de la suerte y sientes como esas buenas energías impregnan tu ánimo.
  4. Miras todo lo que tienes a tu alrededor y sientes agradecimiento por lo que tienes, ya que lo tienes porque, en algún momento fueron importantes para ti o para quién te las regaló. Da igual, si ahora ya no las usas o no te gustan. En algún momento las apreciaste y te sirvieron.
  5. Tomas consciencia de todas las personas que te quieren o te han querido y sientes agradecimiento por ello.
  6. Después dices en voz alta (recuerda que la palabra crea) que eliges que va a ser un buen día, que vas a estar de buen humor y que las cosas te van a salir tal y como deseas.
  7. Repites la misma frase un mínimo de 3 veces que es lo que necesita el cerebro para convencerse y tomarlo en cuenta (PNL)
  8. Si lo has hecho bien, te darás cuenta de que tu estado de ánimo ya no es el mismo, ha cambiado y te sientes mejor.
  9. Repite el ejercicio cuántas veces al día te asalte la duda o el mal humor.

Con este simple ejercicio diario, creas tu realidad cotidiana. Pero, esto mismo sirve para cualquier cosa que desees. Ya te iré explicando.

Y, si quieres ir más deprisa o con más profundidad, contacta conmigo.

 

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