La ansiedad es una reacción del cerebro que nos pone en alerta ante peligros inminentes. Es una reacción normal ante una amenaza o un peligro, ya sea real o solo imaginado por la persona.

En el momento en que una persona se siente amenazada por cualquier motivo, el cerebro manda una señal al cuerpo que reacciona preparándose para defenderse. Los latidos cardiacos aumentan al tiempo que se acelera la respiración. Esto es un mecanismo que prepara a los músculos con más oxígeno para poder correr más en caso de huida o tener más potencia si se decide por el ataque. Al mismo tiempo los vasos sanguíneos se contraen para evitar al máximo el sangrado si se producen heridas. También se aprovecha más el azúcar de los carbohidratos para producir calorías extras que permiten al cuerpo ser más potente y rápido.

Esta reacción es normal cuando se produce en condiciones puntuales frente a amenazas reales o percibidas en algún momento como reales.

Pondré unos ejemplos de ansiedad normal provocados por el miedo:

– Un niño que cree que hay un monstruo debajo de su cama, reaccionará de esta forma hasta que sus padres o cuidadores le hacen ver que el peligro no existe. Entonces se relajará y volverá a la normalidad.

– Una persona que camina por una calle oscura y solitaria, siente pasos a su espalda. Reacciona con ansiedad hasta que toma consciencia de que quien la sigue no tiene malas intenciones, pasa de largo o se da cuenta de que solo ha sido su imaginación que lo ha interpretado así. En el momento en el peligro cesa, la persona vuelve a la normalidad.

– Una persona está mirando una película de terror. Se mete tanto en la escena que la percibe como real mientras la película transcurre y mantiene ese estado de ansiedad hasta que se acaba. Al finalizar la película el estado de ansiedad desaparece y todo vuelve a la normalidad.

– Una persona camina por el bosque y cree escuchar un gruñido de animal. Se detiene en seco y mira alrededor para observar si ve algo. Mientras está escudriñado cada arbusto, cada árbol y cada rincón, el estado de ansiedad se activa. Cuando cree que el peligro ha pasado ya que no ve ninguna amenaza vuelve a su estado normal.

En todos estos ejemplos, se puede considerar que ese estado es normal e incluso sano, ya que es una reacción que le prepara para defenderse.

¿Cuándo se considera entonces que no es normal?

Cuando la causa que provoca ese estado no está motivada por ningún peligro inminente. Cuando se desconoce o no existe ningún motivo real. Cuando ese estado, aun teniendo una causa inicial, se mantiene en el tiempo y no se logra volver a un estado normal.

En ese caso, ese estado ansioso se vuelve crónico, es decir, la persona continúa manteniendo esas reacciones en su cuerpo aun cuando no hay ninguna amenaza. Entonces ya no se puede considerar normal y podemos pasar al terreno de trastorno que necesita tratamiento.

 

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